Sin un Ministerio de Salud a nivel nacional y con un presupuesto que entristece, la Dirección de Epidemiología y su Departamento de Zoonosis Urbanas elaboraron un documento para regular de forma adecuada el uso de la vacuna antirrábica, y así ajustar los modelos de gestión de los mismos.
La provincia de Buenos Aires declaró el año pasado la emergencia sanitaria por el faltante de vacunas para humanos. Y es que, como infirmó el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda teniendo en cuenta que la deuda pública anual ascenderá a $598 mil millones en este año, el Estado Nacional usará cuatro veces más fondos para servicios de deuda que para Salud.
Ante estos números y a falta de un Ministerio de Salud a nivel nacional, no es raro la escasez de presupuesto para el área. El laboratorio Sanofi Pasteur, que la produce y distribuye en América latina a través de la Organización Panamericana de la Salud, bajó la producción.
La nueva normativa aplicada por la Dirección de Epidemiología y su Departamento de Zoonosis Urbanas tiene por objetivo crear una herramienta para que las áreas de atención humana, en donde se tratan los accidentes por mordedura, pueda regularizar la aplicación de la profilaxis antirrábica humana, que se realizaba en forma indiscriminada. “De esta forma, se busca unificar criterios”, informan desde el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires.
De esta manera, ahora todos los casos deben pasar obligatoriamente por el veterinario a cargo de las acciones, a nivel municipal, del Programa Provincial de Control de la Rabia (PPCR), para su evaluación.
“Esto no quiere decir que el veterinario es el que indica el tratamiento, solo que está obligado a buscar los animales mordedores para su observación, ya que la falta de observación antirrábica de 10 días desde la lesión, es la principal causa de tratamientos administrados en forma innecesaria”, sostienen los profesionales.
Desde el Colegio informaron que “uno de los protocolos aprobados para realizar la profilaxis antirrábica en personas, es mediante la utilización de vacuna CRL, tipo Fuenzalida Palacios de uso humano”.
“Es imperioso mantener una estrecha y fluida comunicación entre el área humana y veterinaria encargada de atender este tipo de accidentes, priorizando siempre la localización del animal mordedor, para iniciar la observación antirrábica correspondiente, según indicaciones de la Ley provincial 8.056, Decreto Reglamentario 4.669/73 de Prevención y Control de la Rabia, para gestionar en forma eficiente este tipo de eventos sanitarios”, finalizaron en el comunicado.