Día Mundial de la Salud 2025: “Comienzos saludables, futuros esperanzadores”

03/04/2025
Salud

Este 7 de abril de 2025, el mundo se une nuevamente para conmemorar el Día Mundial de la Salud, una fecha que desde 1948 rinde homenaje a la creación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que, bajo el lema “Comienzos saludables, futuros esperanzadores”, busca reafirmar la urgencia de priorizar la salud como pilar esencial del desarrollo humano. En un contexto marcado por los avances y retrocesos de la última década —desde pandemias hasta crisis climáticas—, este día invita a reflexionar sobre cómo las decisiones colectivas e individuales moldean el bienestar de las generaciones presentes y futuras.

La elección del 7 de abril no es casual: coincide con el aniversario de la OMS, una institución que, tras 77 años de labor, sigue luchando por reducir las brechas sanitarias globales. Aunque en 2025 se reconocen avances significativos —como el aumento de la esperanza de vida y la reducción de la mortalidad infantil en un 50% desde 2000—, persisten desafíos críticos. Según el último informe de la OMS, cada dos minutos muere una mujer por complicaciones durante el embarazo o el parto, y más de 4 millones de niños menores de cinco años fallecen anualmente por causas prevenibles, como enfermedades infecciosas o falta de acceso a agua limpia. Estos números, aunque menores que en décadas anteriores, revelan que la equidad en salud sigue siendo una meta lejana para muchas comunidades.

El lema de este año, “Comienzos saludables, futuros esperanzadores”, enfatiza que la salud no es un destino, sino un proceso que comienza desde la gestación. Estudios recientes confirman que los primeros mil días de vida (desde la concepción hasta los dos años) son determinantes para el desarrollo físico, cognitivo y emocional. Sin embargo, en regiones como el África subsahariana o zonas rurales de Asia, 1 de cada 3 niños sufre retraso en el crecimiento debido a la malnutrición crónica, un problema que limita su potencial educativo y económico. La OMS insiste en que invertir en programas de nutrición infantil, vacunación universal y atención prenatal no solo es un imperativo moral, sino una estrategia inteligente: por cada dólar destinado a estas áreas, se estima un retorno de hasta 16 dólares en productividad social.

La pandemia de COVID-19, que entre 2020 y 2023 dejó más de 20 millones de muertes, sigue siendo un recordatorio de la interdependencia global en salud. En 2025, aunque la emergencia sanitaria ha sido controlada, sus secuelas persisten: sistemas de salud fragmentados, aumento de trastornos mentales y un rezago en la lucha contra enfermedades como la malaria o la tuberculosis. No obstante, también dejó enseñanzas valiosas. Por ejemplo, la aceleración de la telemedicina y las alianzas para distribuir vacunas de forma equitativa demostraron que la innovación y la cooperación son herramientas poderosas.

En paralelo, la crisis climática emerge como una amenaza silenciosa para la salud. La OMS calcula que, para 2030, 250 mil muertes anuales podrían atribuirse directamente al calentamiento global, debido a fenómenos como olas de calor, inseguridad alimentaria y propagación de enfermedades vectoriales (como el dengue). Por ello, el Día Mundial de la Salud 2025 también llama a integrar la salud planetaria en las políticas públicas, promoviendo dietas sostenibles, energías limpias y ciudades resilientes.

Pero la salud no es solo responsabilidad de los gobiernos. Hábitos individuales, como una alimentación balanceada, la actividad física regular y el manejo del estrés, son fundamentales para prevenir enfermedades no transmisibles —como diabetes o cáncer—, que en 2025 representan el 74% de las muertes globales. “La prevención salva más vidas que cualquier hospital”, afirmó la Dra. María López, experta en salud pública. “Pequeñas acciones, como caminar 30 minutos al día o reducir el consumo de ultraprocesados, tienen un impacto acumulativo enorme”.

En este día, la OMS urge a los países a cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030, especialmente el número 3: “Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos”. Para lograrlo, propone medidas concretas: eliminar las barreras económicas que impiden el acceso a servicios médicos, formar a más trabajadores de salud en zonas vulnerables y priorizar la investigación en enfermedades olvidadas.

El mensaje final es claro: un futuro esperanzador solo será posible si hoy garantizamos que cada persona, sin importar su lugar de nacimiento, tenga la oportunidad de crecer sana. Como dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en su discurso anual: “La salud es el cimiento sobre el que se construyen la paz, la justicia y la prosperidad. Protegerla es proteger nuestro futuro común”.