Cada 19 de septiembre se celebra el Día Mundial del Colesterol, una jornada dedicada a sensibilizar a la población sobre la importancia de controlar los niveles de colesterol en sangre, como medida clave para prevenir enfermedades cardiovasculares, una de las principales causas de muerte en el mundo.
El colesterol es una sustancia grasa que el cuerpo necesita para formar células saludables, pero su exceso puede acumularse en las arterias, aumentando el riesgo de sufrir infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares y otros problemas circulatorios. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de la mitad de las enfermedades del corazón están relacionadas con niveles elevados de colesterol, lo que lo convierte en un factor de riesgo crítico.
¿Qué es el colesterol y por qué es importante?
Existen dos tipos de colesterol: el LDL (lipoproteínas de baja densidad), conocido como el «colesterol malo», y el HDL (lipoproteínas de alta densidad), denominado el «colesterol bueno». El LDL tiende a depositarse en las paredes de las arterias, formando placas que dificultan el flujo sanguíneo, mientras que el HDL ayuda a eliminar el exceso de colesterol del organismo. Por ello, mantener un equilibrio entre ambos es esencial para la salud cardiovascular.
Los niveles elevados de colesterol LDL no presentan síntomas visibles, por lo que es fundamental realizarse análisis de sangre periódicos para controlarlos y actuar a tiempo en caso de ser necesario.
Factores de riesgo y prevención
El colesterol elevado puede estar influenciado por varios factores, como la predisposición genética, una dieta alta en grasas saturadas y trans, el sedentarismo, el tabaquismo y la obesidad. Sin embargo, llevar un estilo de vida saludable puede reducir considerablemente el riesgo. Entre las recomendaciones más destacadas se encuentran:
- Adoptar una dieta equilibrada: Rica en frutas, verduras, granos enteros y grasas saludables (como las presentes en el aceite de oliva, frutos secos y pescados grasos).
- Realizar actividad física regularmente: Al menos 30 minutos diarios de ejercicio moderado, como caminar, andar en bicicleta o nadar.
- Evitar el consumo de tabaco y alcohol en exceso.
- Controlar el peso corporal y gestionar el estrés.
- Tratamientos y control
Para quienes ya presentan colesterol elevado, además de los cambios en el estilo de vida, pueden requerirse medicamentos como las estatinas, que ayudan a reducir los niveles de LDL. Estos tratamientos siempre deben ser indicados y controlados por un médico.
La clave para prevenir las complicaciones asociadas al colesterol alto es la detección temprana y el control constante. Por ello, el Día Mundial del Colesterol nos recuerda la importancia de tomar conciencia sobre nuestros hábitos, realizar chequeos médicos regulares y seguir una vida saludable para cuidar nuestro corazón y prevenir enfermedades graves.