Mundo Profesional
Ante la nueva iniciativa impulsada por la pandemia, donde PAMI y ahora el IOMA podrán implementar las recetas electrónicas, los profesionales mostraron su preocupación la falta de reglamentación y requisitos legales.
Luego de que la titular del PAMI informara que esta semana se pondrá en marcha la implementación de la receta electrónica, desde el IOMA confirmaron que harán lo propio a partir del 6 de abril con el objetivo de que “las personas circulen lo menos posible para la realización de trámites en épocas de cuarentena por el COVID-19 y que puedan realizar la continuidad de sus tratamientos o la compra de los distintos medicamentos”.
Sin embargo, dicha medida deseada por la población en general preocupó a los profesionales farmacéuticos. Sucede que, según alertaron, este nuevo formato de entrega no está reglamentado de forma integral en todo el país, y porque en algunos casos -como la venta de psicofármacos o estupefacientes-, tampoco cumple con ciertos requisitos legales y que puede derivar en delitos penales.
“Estamos ahora trabajando para que mañana, los sistemas informáticos de las farmacias puedan adaptarse a esto que es nuevo. Todo requiere desarrollo informático. Pero estamos un poco preocupados porque mañana no nos estalle todo”, advirtió Isabel Reinoso, presidenta de la Confederación Farmacéutica Argentina y del Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires.
En este sentido, Reinoso afirmó que “el problema es que no hay recetas físicas, los duplicados de psicofármacos y estupefacientes no llegan. Eso es una preocupación importante que estamos viviendo desde que comenzó la cuarentena”.
“Estamos haciendo malabares con los pacientes para que no corten con los tratamientos. Hay algunas cuestiones que el paciente no las termina de entender, como esto de la responsabilidad penal que tiene el farmacéutico por dispensar un psicofármaco o un estupefaciente sin la receta física y cumplimentada de acuerdo a la normativa legal”, explicó.
En cuanto a esas drogas de venta bajo receta por duplicado, Reinoso aclaró que “hasta la fecha no tenemos una solución concreta, ágil como para solucionarlo, pero lo seguimos trabajando y analizando”. En el resto de los medicamentos, las farmacias se ven obligados a certificar cada receta con cada obra social.
“Se dijeron cosas como que se podía mandar la receta por Whatsapp. Y la realidad es que no, porque no tiene valor jurídico”, sentencia Reinoso. “Y mucho menos una receta de psicofármacos o estupefacientes, donde necesitás asentarla en el libro y tenés controles”, agregó.
