La fonoaudiología, que nació en el siglo XVIII y que debió recorrer un largo camino para llegar a lo que hoy se conoce como tal, modificó su objeto de estudio debatiéndose entre las ciencias médicas y las ciencias pedagógicas.
En este proceso nace acompañando a la medicina, de la mano de la otorrinolaringología y en principio trataba sólo patologías de lenguaje y voz (logopedia y ortofonía).
Con el crecimiento de la psicología y la pedagogía, su campo se fue extendiendo y asimismo nutriendo. En ese proceso de crecimiento también se fue enriqueciendo con el aporte de otras ciencias como la lingüística, ciencias tecnológicas, entre otras.
La fonoaudiología se muestra como una disciplina cuyo trabajo se basa en la interrelación en el campo de la salud, la educación y la rehabilitación.
De esta manera, la profesión fue creciendo, creándose distintas instituciones y la formación del fonoaudiólogo se fue instalando a nivel universitario.