El ingeniero Ricardo Kloster, presidente del Distrito 1 del Colegio de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires (CIPBA), analizó el impacto del reciente temporal que causó graves daños en Bahía Blanca y otras localidades de la región. El especialista destacó la magnitud excepcional del evento y la necesidad de medidas estructurales para evitar que una situación similar vuelva a repetirse en el futuro.
Kloster subrayó el carácter imprevisible y fuera de norma del temporal, destacando la cantidad de lluvia caída en un corto período de tiempo: «No hay que perder de vista que se trató de un evento de características imprevisibles y sobre todo con una cuantía en la cantidad de lluvia que cayó de la que no existe registro.»
Uno de los principales problemas identificados fue la falta de capacidad de los canales y cursos de agua para manejar semejante volumen de lluvia. El ingeniero mencionó específicamente el Canal Maldonado, que quedó al borde del colapso: «Hemos tenido situaciones en donde el Canal Maldonado quedó casi desbordado y muy golpeado, pero con menor cantidad de lluvia. La cantidad de lluvia, en el tiempo que se produjo, fue totalmente fuera de norma.»
Obras hidráulicas postergadas por falta de inversión
El ingeniero recordó que en el pasado se discutió la posibilidad de implementar soluciones estructurales para afrontar lluvias de esta magnitud, pero las obras hidráulicas quedaron postergadas debido a los altos costos y las prioridades políticas de los municipios: «En la ciudad se habían discutido en anteriores oportunidades la posibilidad de graduar para una lluvia de esta cuantía con algunas obras que pudieran de alguna manera contener el agua e ir largándola, para usar terminología bien básica, en el tiempo.»
Sin embargo, Kloster señaló que este evento podría reactivar esas discusiones y acelerar la ejecución de las obras necesarias: «Es probable que estas discusiones vuelvan a estar en la parte más alta de la agenda.»
Respecto a la recuperación de la ciudad, Kloster expresó optimismo, aunque destacó la necesidad de revisar la recurrencia de este tipo de eventos para mejorar la preparación: «Creo que es posible, obviamente vamos a tener en algunas de estas obras hídricas que analizar la posible recurrencia de eventos de estas características como para dar una mejor respuesta a la que se dio.»
También hizo hincapié en la importancia de la capacitación de la ciudadanía para mejorar la respuesta ante emergencias: «La capacitación de la gente será parte de la discusión una vez que empecemos a funcionar un poco más normalmente.»
El ingeniero valoró la efectividad de la alerta temprana, que permitió suspender actividades escolares y deportivas antes del temporal, ayudando a prevenir mayores daños y riesgos para la población: «De hecho, hubo una alerta naranja la noche anterior a la lluvia furiosa y se decretó que no hubiera clases, y eso ayudó muchísimo, realmente.»
También desde el CIPBA advirtieron que uno de los problemas más graves, tanto en Bahía Blanca como en otras localidades afectadas como Olavarría, es la destrucción de la infraestructura productiva. Las inundaciones no solo afectaron zonas urbanas, sino también campos y zonas rurales, paralizando el sistema productivo.
«El Estado tiene que estar porque es el único que puede resolver una inversión de magnitud con la celeridad que requieren las circunstancias, y esto no tiene que ver con preceptos ideológicos, sino con las necesidades concretas de los vecinos y del sistema productivo», sentenciaron.
En se sentido Kloster concluyó que, ante eventos climáticos de esta magnitud, la planificación y la inversión en infraestructura hidráulica no pueden seguir siendo postergadas. La respuesta del Estado será clave para evitar que una catástrofe similar vuelva a ocurrir.